Dra. Claudia Perlo y su aporte en Convivencia Escolar

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Tras su participación en el Coloquio y Taller, ¿Qué está pasando en Chile con la gestión de los indicadores socioemocionales? y el análisis de los cuestionarios SIMCE 2011-2013, la Dra. Claudia Perlo, forma parte del equipo que investiga a seis establecimientos municipalizados con el fin de destacar no sólo sus resultados en el aprendizaje sino además la convivencia escolar.

La Dra. Claudia Perlo, Investigadora del Conicet de Rosario, Argentina, es pedagoga de profesión y Doctora en Humanidades y Artes con orientación en Ciencias de la Educación. Desde la adolescencia tuvo un pensamiento crítico, sobre el sistema de educación, la que la llevó, desde muy joven a convertirse en investigadora y desarrollar metodologías con el fin de implementar otras miradas, menos instruccional y que permitieran ser un aporte a la educación, no sólo en Argentina, sino en toda Latinoamérica.

Con 23 años, ingresé en el instituto que actualmente investigo, IRICE (Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación). Al principio, estaba muy preocupada por temáticas relacionadas con didácticas de la ciencia en general y mi primera investigación fue sobre modalidades didácticas vigentes en el nivel medio. Prontamente avancé sobre los temas de formación docente y con este abordaje, inmediatamente me di cuenta que había cuestiones de la formación y de la didáctica que no iban a poder destrabarse si no se solucionaban problemas de gestión y fue así como me fui metiendo en el tema de la gestión”, explicó Perlo.

Yo veía que los docentes podían hacer cursos, en los cuales se formaban, se capacitaban pero al momento de poder realizar cambios transformativos, se encontraban con obstáculos organizativos, entonces mi tesis doctoral apuntó ya a los problemas de gestión. La pregunta de mi tesis rondó en qué es necesario aprender para poder producir cambios reales y transformativos en las organizaciones, ya sean tanto educativas como productivas, porque yo estaba observando en ese momento, no sólo la escuela sino el ámbito de la empresa”, agregó

Sabemos que con los años has ido dirigiendo tu trabajo en base a una perspectiva biocéntrica, quizás menos formal. ¿Cómo llegas a eso y en qué consiste?

En el año 1999, el director de IRICE, me propone fundar lo que actualmente coordino, el Área de Aprendizaje y Desarrollo Organizacional, donde buscamos abrir todo lo que era educación no formal, porque hasta ese momento, el instituto se había abocado a investigar sobre la educación formal, en el sistema educativo. Teníamos cubierta las áreas educativas, pero no había nadie que se estuviera ocupando de este aprendizaje que no pasa en la escuela.

De esta forma, comenzamos a trabajar en problemas de gestión y a lo largo de todos estos años, en temas de participación, poder, conversaciones productivas y no productivas, diálogos y metodologías de aprendizaje colectivo. Allí fuimos tomando, la perspectiva biocéntrica, que es con la que, actualmente, desarrollamos trabajos en organizaciones y de todo este trabajo realizado en los últimos 15 años, desarrollamos, lo que nosotros llamamos, un currículum no formal, para trabajar el re aprendizaje de la afectividad. Con los años, todos los temas de gestión fueron convergiendo en una cuestión que es el vínculo, la relación con el otro. Podemos hablar de muchas estrategias de gestión, pero, fundamentalmente, lo que tenemos que reparar es la trama afectiva a la cual pertenecemos y no reconocemos. Es por eso que, nos hemos dedicado a estudiar los afectos”.

Desde toda esa experiencia, hoy participas con Paula Ascorra en una investigación que busca conocer a aquellas escuelas en Chile, que siendo parte de las más vulnerables, tienen altísimos resultados en el SIMCE pero además en convivencia escolar. ¿Qué te parece el trabajo que se está realizando?

Poder hablar de convivencia es volver a preguntarnos, ¿qué es afectividad?, ¿cómo se encuentra?, asumiendo que se encuentra totalmente dañada y ¿cómo hacemos para recuperarla? y desde ahí surge la motivación de acompañar a Paula en esta investigación, además de hablar de mi libro que tiene directa relación con el tema. Si bien mi libro tiene que ver con metodología de investigación, es un libro que reúne reflexiones por más de 20 años de investigación en donde lo que propongo, es que entablemos un diálogo y que revisemos nuestras formas de investigar, porque también está dañada, por haber caído en el sueño del racionalismo, por eso el libro se llama, “Hacer ciencia en el siglo XXI: Despertar del sueño de la razón”, de la Editorial Lacrujía.

¿En qué consisten estas reflexiones?

Allí, lo que señaló es que el racionalismo ha sido muy fructífero, muy productivo y que lo seguimos necesitando, porque nuestra razón, nuestra lógica; nuestro desarrollo neocortical ha sido  evolutivo para la humanidad, pero no es suficiente. Entender el mundo desde la razón, hoy en día, desde el punto de vista científico, no puede sostenerse, justamente por este desarrollo, en la  física, la química, la biología; ustedes mismos, con Maturana y Varela, con todo el desarrollo de la biología del conocimiento en los años 80´ y desde antes. La misma sociología, en fin”, culminó Perlo.